El amanecer intenta entrar por mi ventana después de otra noche en vela sin tan siquiera tocar las sábanas de mi cama, otra mañana esperando que despiertes para ver tu luz, mi estrella favorita.
Sentada sobre la cama te desperezas y, sin conseguirlo, te levantas pretendiendo desenmarañar tu melena cincelada por tu almohada al tiempo que calmas, de esa forma que tanto me gusta, el leve hormigueo de tu piel al abandonar el cobijo de tu lecho y desapareces en los adentros de un hogar que anhelo. Intranquilo por si no vuelvo a verte, aprovecho para despejarme, dejo el café sobre la mesilla y ahí estás de nuevo, con una simple toalla enrollada en la cabeza como única prenda.
Vas y vienes hasta que, con tu café en la mano, te interesas por los geranios, algo marchitos de tu terraza y dejas que admire tu cuerpo desnudo; con cierto pudor, como si supieras que estoy aquí, me dejas tocarte con mis ojos antes de volver adentro mirando el reloj, es hora de sacar a pasear al perro, fiel a su ama como yo. Y aunque encima de la nevera se endurecen las de días atrás, voy a tener que ir a comprar otra barra de pan para poder cruzarme otra vez contigo, oler tu pelo aún levemente mojado y dejar que ignores de nuevo mi existencia, deseando que algún día me mires al ponerte los cascos y tenga el valor suficiente para mantenerte la mirada.
Se que volverás pronto, que podré volver a verte, a admirarte anónimamente, esperando impaciente el momento de acostarte para meterme de nuevo en tu cama y enrollarte las sábanas en los pies con mis caricias furtivas como cada noche... es mi rincón, mi pequeño rincón.
En repuesta al post publicado el 10/05/2011 "12 Horas" en El meu raconet...
Aquesta entrada, definitivament, m`ha seduït.
ResponderEliminarTot un detall. M`ha encantat.
Ya sabes de donde viene mi inspiración, maestra. "12 horas" es una de mis favoritas entre otras muchas...
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